El presente trabajo constituye un acercamiento a las manifestaciones artísticas más relevantes de la Grecia de la Edad Oscura. Tras el hundimiento del imperio micénico, solo las técnicas cerámicas y la metalurgia escaparon al olvido en un periodo en el que se perdían las más sofisticadas técnicas artesanales, la escritura y la navegación. A través de la cerámica y la escultura de pequeño formato, el arte griego experimentó un resurgir ?paralelo al despertar de la marinería? en el que la tendencia anicónica inicial se iría transformando, lentamente, en un arte definido por la omnipresencia de motivos geométricos. Entre tales motivos surgió, ya en el siglo VIII a. C., la representación de la figura animal y humana. Tanto los restos arquitectónicos que han llegado hasta nosotros, como la cerámica pintada o la pequeña escultura constituyen un nuevo de punto de partida, un hito desde el cual el artista griego pudo experimentar nuevas fórmulas y sentó sólidamente las bases de sus futuros logros artísticos.