Las culturas prehistóricas ubicadas en la cuenca del Nilo, tanto en el Alto como en el Bajo Egipto, determinarían los usos sociales y la jerarquización, religiosa y política, del Egipto dinástico. Las primeras manifestaciones artísticas de estas culturas denotan los orígenes del arte egipcio en lo referente al trabajo cerámico, al tallado de la piedra, a la concepción arquitectónica e, incluso, a la peculiar forma de representación pictórica; pero, sin duda, el aspecto más trascendente, desde el punto de vista artístico, es la fijación de motivos iconográficos que gozarían de un amplio desarrollo, simbólico y político, hasta época ptolemaica.