La historia del cine español de la década de los años sesenta se ha contado siempre enfatizando la emergencia de lo que se conoce con el nombre del ?nuevo cine español?, esto es, un conjunto de películas en las que convergen las necesidades de apertura cultural de una administración franquista que comienza a mirar hacia Europa, el surgimiento de una serie de jóvenes cineastas vinculados con la Escuela Oficial de Cinematografía y las estrategias políticas de una oposición política que no le hace ascos al posibilismo a la hora de plantear su combate contra la dictadura. Sin descuidar el estudio del ?nuevo cine? este texto se ocupa de contextualizar este fenómeno en el marco del conjunto de líneas y tendencias que constituían el cine español del momento, situándolo al mismo tiempo en el interior de un debate cultural de altos vuelos que trasciende los parámetros puramente cinematográficos: la discusión en torno al ?realismo? y sus declinaciones. De esta forma se devuelve al cine su lugar en el interior de las prácticas culturales y se problematiza la relación entre el ?nuevo cine? y el cine comercial que forma el conjunto de la producción del momento y en cuyo interior se encuentran más rugosidades de las que a primera vista puede pensarse