El presente texto quisiera plantear sus argumentos atendiendo a tres líneas de relato: en primer lugar, el panorama industrial y sobre todo creativo del cine español del momento (ubicándonos en Barcelona, por ser el gran centro de producción en ese periodo, pero sin dejar de prestar atención a otros dos focos interesantes: Valencia y Madrid). En segundo lugar, nos detendremos en el somero análisis de algunas de las películas que han llegado hasta nosotros, son pocas, y no todas completas, pero se nos presentan como el elemento fundamental con el que poder diagnosticar el estadio creativo de los cineastas españoles, sus hallazgos retóricos, sus carencias narrativas. Y, por último, una buen parte del trabajo se dedica a configurar la recepción que el cine tuvo en estos momentos en algunos sectores de la sociedad española, especialmente, el intelectual y el eclesiástico, contrastándolos con la enorme aceptación popular que el cine había adquirido.