En España muchos millones de personas han ido en algún momento de su vida a una sala cinematográfica. Conocemos, por ejemplo, que desde 1966 (primer año del que se disponen informaciones oficiales sobre el número de espectadores) hasta la actualidad se han vendido alrededor de cinco mil millones de entradas. Se trata de una cantidad respetable y, sin duda, de la audiencia más numerosa de todos los espectáculos públicos cuyos consumidores pasan por taquilla. Sin embargo, sabemos relativamente poco sobre el público cinematográfico español. Cierto es que los acercamientos de base socioeconómica se han hecho frecuentes en los últimos años, pero no hay posibilidad de reconstruir los procesos históricos.