Entre las principales influencias que cabe detectar en la génesis de la religión de Mani se encuentran no solo doctrinas zoroastrianas sino también elementos cristianos. Esto es deducible tanto de las fuentes maniqueas descubiertas en el siglo xx como de los testimonios externos (paganos, cristianos, musulmanes) sobre la radical religión dualista. A pesar de las obvias diferencias entre el mito cristiano y el maniqueo, existen también paralelismos muy llamativos que van más allá de las menciones explicitas de Jesus o de la utilización de ideas neotestamentarias. Partiendo de una idea apuntada por Alexander Bohlig, el presente artículo examina de manera sistemática los paralelismos existentes entre la concepción cristiana del envío del Hijo de Dios y la concepción maniquea del Hombre Primordial. Se constata así que un teologumeno fundamental en las corrientes cristianas históricamente exitosas, la del sacrificio del Hijo de Dios con propósitos salvíficos, constituye el principio estructurante de un mito maniqueo central. Esta constatación es tanto más significativa, cuanto que en el ámbito del zoroastrismo no parece existir un mito comparable que haya podido servir de modelo a Mani.