En el presente artículo se rastrearán las huellas religiosas trasvasadas hasta la forma tradicional de teatro japonés conocida como noh. Bifurcando el camino principal, el de la religión (o, como prefieren denominarlo algunos, el del Hecho Religioso), en tres veredas importantes por igual y que en la historia y en la conciencia de Japón aparecen entremezcladas, trataremos de sacar a la luz qué ingredientes precisos llegaron hasta dicha manifestación teatral procedentes de las antiguas religiones shintoísta1, budista y taoísta.