La formación del arte copto transcurrió en una época muy compleja y rica en problemas históricos, la del advenimiento del cristianismo, periodo en el que las diferentes actitudes espirituales provocaron un arte diverso sometido a diferentes fuentes de inspiración. Pero, pese a la combinación de influencias, se desarrolló con independencia al de los pueblos vecinos que habían vivido un proceso de unificación en la época imperial romana. En contra de las tesis tradicionalistas que veían en él una rama del arte provincial romano sin originalidad, hay que considerarlo un arte original sometido a múltiples influencias y descentralizado de una capital que hubiese podido imponer una tiranía artística. Muestra distintas actitudes espirituales que responden al anhelo de un pueblo que se debatía entre los cultos paganos y mistéricos de gran arraigo en el territorio, y el cristianismo que se fue instalando con fuerza sacralizando temas y adoptando motivos diversos.