Las lecturas que, entre 1881 y 1883, lleva a cabo Nietzsche de diversos tratados de ciencias naturales, especialmente los de teoría celular de Rudolf Virchow, Wilhelm Roux y Claude Bernard son decisivas para configurar el modo específico y original en el que comprenderá el mundo como voluntad de poder y, en consecuencia, a los organismos vivos y al hombre. En el marco de estas lecturas es, pues, como nace la concepción hermenéutica de la verdad en Nietzsche y el criterio de validación de las interpretaciones, a saber: en qué medida contribuyen a una intensificación del poder, o lo que es lo mismo, en qué medida son capaces de imponerse a otras interpretaciones y vencerlas. En este artículo se desarrolla, pues, la idea de que toda interpretación no es sino un síntoma de crecimiento o de decadencia, por lo que una interpretación que favoreciera el aumento del poder sería más «verdadera» que las que sólo sirven para conservar la vida y hacerla soportable. Tal es el contexto para comprender la afirmación nietzscheana de que el conocimiento no es sino error útil imposible de trascender por «la verdad».