Constatando la falta de una reflexión, historiográfica y no política o confesional, de los procesos que desembocaron, en la Pars Orientis del Imperio, en cristianismos minoritarios desde el punto de vista de los enunciados dogmático- doctrinales, de las prácticas rituales y de la definición social, cristianismos que a su vez impulsaron el nacimiento de las iglesias ortodoxas orientales, en el presente artículo nos proponemos delinear, para cada una de ellas, un breve perfil histórico-institucional, y examinar el proceso, difícil y todavía inconcluso, de su acercamiento a la iglesia romana. Desde el concilio de Calcedonia (451) las relaciones con el Occidente latino son dificultadas por la cuestión del primado del obispo de Roma, contestado por las iglesias de Oriente, que además reivindican ser reconocidas y aceptadas por el Occidente católico como un dato originario, y no como una desviación de un cristianismo unitario, normativo y «ortodoxo».