La filosofía continental contemporánea gira en torno a determinados temas apocalípticos, ofreciendo nuevas intuiciones y propuestas sugerentes para que la teología reflexione en las implicaciones de la que, con frecuencia, es la temática religiosa más difícil. En su tarea de definir lo apocalíptico mediante el retorno a las cuestiones del pensamiento antinómico, la interrupción de las imágenes religiosas normativa y la negación de nuestras representaciones teológicas más estimadas (incluidas nuestras representaciones de Dios y de la ley), nos encontramos continuamente con estos filósofos implicados en los fundamentos más esenciales de la historia religiosa de Occidente.