¿Se propuso Pablo superar el judaísmo, reformarlo o simplemente integrar a los gentiles en Israel por medio de Cristo? He ahí una de las cuestiones más intensamente debatidas hoy en los medios académicos internacionales y a la que este artículo trata de ofrecer respuesta a partir de los recientes trabajos de Krister Stendahl, Lloyd Gaston, John Gager, Peter Tomson, Neil Elliot, Bill Campbell, Stanley Stowers, Mark Nanos, Pamela Eisenbaum, Caroline Johnson Hodge, Paula Fredriksen y David Rudolph, responsables, todos ellos, del que ha dado en llamarse el «nuevo enfoque radical» sobre la figura del Apóstol. Su hipótesis puede resumirse así: Pablo no abandonó el judaísmo, sino que buscó incorporar a los gentiles a Israel ante el fin de los tiempos, instándolos a cooperar con los judíos en la preparación del reino de Dios y en la restauración final de Israel, que ha de verse como el horizonte de su misión a los gentiles.