Contra la hipótesis según la cual el predicador galileo Jesús el Nazareno estuvo implicado en algún tipo de ideología y actividad sediciosas opuestas al Imperio romano se han esgrimido numerosas objeciones. Suele creerse que estas han asestado un golpe mortal a la hipótesis y, de hecho, la inmensa mayoría de estudiosos da por supuesto que ha sido refutada y está obsoleta. Este artículo enumera una veintena de esas objeciones, y argumenta de modo sistemático que ninguna de ellas es realmente convincente. Esta instructiva conclusión desafía presupuestos muy arraigados en el ámbito académico, proporcionando con ello otro argumento a favor de la visión de Jesús como una figura cuyo mensaje religioso tenía implicaciones políticas subversivas y de que no era, en última instancia, incompatible con la violencia.