Pero resulta que la víctima era senador de los Estados Unidos y aspiraba a convertirse en gobernador de California. Por eso nadie quiere hacerse cargo de la defensa del acusado. Menos Joseph Antonelli, que abandona su bufete de Portland y se traslada a la ciudad donde pasó parte de su infancia. A su favor juegan dos elementos: Jamaal Washington, el acusado, es un brillante alumno de medicina de la Universidad de Berkeley, muy alejado del perfil de delincuente callejero con que lo presentan los medios de comunicación; además, los muchos enemigos del político parecen alegrarse de su desaparición.
En su contra, no obstante, persiste un hecho aparentemente irresoluble: su cliente parece incapaz de explicar qué hacía en la escena del crimen.
Para la preparación de su defensa, Antonelli se adentrará en el terreno resbaladizo de la corrupción política y el tráfico de influencias, un mundo de hombres poderosos y mujeres ricas que actúan movidos sólo por sus intereses. Paso a paso, irá desanudando una horrible trama de espionaje, traición y muertes violentas en la que él, también, corre el riesgo de quedar atrapado.