Durante la década que abarcan los relatos y novelas cortas reunidos en este volumen -la que va de 1895 a 1905-, Valle-Inclán se revela y consolida como un prosista deslumbrante, de un genio comparable únicamente al de Rubén Darío, su maestro y amigo. De las Sonatas se ha dicho que constituyen la cumbre de la prosa modernista en España, pero quizás sea más apropiado decir que son una de las cumbres de la prosa en español de cualquier época. Presentadas como fragmentos de las «memorias amables» del Marqués de Bradomín, siguen emanando, más de un siglo después, un encanto irresistible, derivado de la mezcla de una sensualidad un tanto pervertida con una melancólica ironía.
Reseña:
«La de Valle-Inclán fue la voz más decididamente literaria de su tiempo, la voz más renovadora de una generación de grandes escritores renovadores.»
Alonso Zamora Vicente