Con una introducción de Montse Domínguez y a través de una selección de piezas, se resalta el trabajo artesanal, la nobleza de los materiales empleados y el diseño sobrio y minimalista característico de Rohner. Sus joyas, elegantes y atemporales, combinan la plata y el oro, con materiales tan sorprendentes como la porcelana,
la madera, piedras semipreciosas y hasta vidrio de Murano.
Su lista de clientes es infinita: tiendas y joyerías como Tomorrowland en Tokio, Paul Smith en Londres, Les Precieuses en Bruselas o Lala en Berlín. También, mantiene acuerdos con museos como la Tate Modern y el Victoria Albert en
Londres, la Miró en Barcelona, el Guggenheim en Bilbao o el Thyssen Bornemisza en Madrid.
Incluye también sus creaciones en otros campos: originales vajillas, lámparas, jarrones, juegos de té realizados para compañías tan prestigiosas como George Jensen, Kahler, Bodum y Munio.