Escrita como un diario, la novela arranca con los lamentos de un empleado de banca que odia a sus amigos, odia su trabajo y sospecha que su mujer tiene otros planes que no le incluyen a él. Soporta su frustración diaria, gracias a los tóxicos, y sobre todo gracias a la idea de abandonar su ridícula vida, para dedicarse por completo a la escritura, sin haber escrito nunca ni una línea. Un día que acude a la sucursal en un estado no indicado para desarrollar su actividad como cajero de cara al público, se desencadena la tragedia. Desde entonces su vida transcurre entre su nuevo trabajo ocasional, El Garbanzo Loco, que es el bar donde prácticamente viven algunos de sus amigos, y la escena más pútrida del punk local: Los Atilanos Muertos y las Hello Kitty Doy Una Hostia. Entre tanto, comienza a escribir su gran novela, un best seller erótico-histórico que le lanzará a la inmortalidad: Colón nunca lo hizo, o por lo menos no lo contó, donde narra las aventuras de Heilborg, un marino vikingo que pasa a ser el primer europeo que visita América. Infidelidades, decepción, mala hostia, una estafa editorial y la perpetua sensación de que nunca se elige la opción correcta.