La obra que el lector tiene en sus manos renueva en buena medida nuestra antropología actual. Sus reflexiones sobre la persona, el cuerpo, la sexualidad, el amor, la política, la técnica, el arte, etc., son un verdadero semillero de ideas que, aunque puedan parecer originales o escandalosas, no son otra cosa que la exposición del mensaje evangélico despojado de las gangas con que a veces se le recubre.