Nahúm, Habacuc y Sofonías fueron testigos de la decadencia política, ética y religiosa de Judá en vísperas de la destrucción de Jerusalén y del subsiguiente destierro a Babilonia. La alargada sombra del imperio neobabilónico se cernía amenazante sobre Palestina desde décadas atrás. Estos tres profetas no se limitaron a condenar la descomposición socio-religiosa que afectaba a su país y el destructivo e inmoral imperialismo que alentaba a las tropas de Nabucodonosor. Al mismo tiempo propusieron unas condiciones religiosas que garantizasen la subsistencia y delinearon los rasgos que deberían caracterizar a la sociedad que resurgiera de las cenizas.La editorial Desclée De Brouwer presenta esta serie de comentarios a la Nueva Biblia de Jerusalén, con la pretensión de que ocupe el espacio abierto en el mercado de la lengua castellana entre la divulgación y la crítica científica.Víctor Morla (1943) es licenciado en Filosofía, Teología y Filología Trilingüe, y doctor en Sagrada Escritura (Pontificio Ins-tituto Bíblico, Roma). Ha ejercido como profesor de Pentateuco, Salmos, Literatura Sapiencial y Hebreo bíblico en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, y de Filosofía Medieval y Lenguas Clásicas en la Facultad de Filosofía de la misma Universidad. Ha dirigido la revisión del Antiguo Testamento de la Nueva Biblia de Jerusalén (Bilbao 1998).