A primera vista podría parecer, por lo inevitable de la muerte, que al ser humano no le queda más remedio que acatar la ley universal del Destino, de la Naturaleza, de Dios, de la Biología o de la Genética. Mas surgen desde la Tánato-ética (nueva disciplina, complementaria de la Bio-ética, centrada en las dimensiones morales del proceso humano de morir) preguntas de este tenor: ¿Cómo ser libre ante la imposición inesquivable de la condena a muerte? ¿Dónde cabe la libertad si la muerte es una fatalidad? ¿Cómo es posible la autonomía frente al ?hecho bruto? de perecer? A estas preguntas se procura responder a lo largo de este pequeño y clarificador ensayo, mostrando la capacidad humana de ?aprender? a morir, iluminando las diversas posiciones éticas ante el suicidio y sus límites, y ofreciendo, por último, una interpretación personalista del ambiguo concepto de ?muerte digna?.