El reino de Dios es semejante a una perla, a un tesoro, a un campo, a una mujer que hace pan. a las cosas más sencillas de la vida diaria. Pero esa perla, ese tesoro, ese campo, esa masa de harina, esas cosas sencillas. ¿son semejantes al reino de Dios? Más aún: ¿las hacemos nosotros semejantes al reino de Dios? Ahí está el secreto de las parábolas. Dios nos invita a convertir en reino los acontecimientos mas simples de la vida diaria. Jesús, a través de esos relatos, nos enseña que el Reino de Dios no está sólo en el Cielo, que lo podemos construir aquí, en cada momento: al sembrar una semilla, al pescar con una red, al acudir a un banquete de bodas, al tratar a los demás, al cumplir con mi trabajo, al acompañar a un amigo, al limpiar la casa, al estudiar, al amar, al realizar con cariño la rutina de cada día.Te invito a recorrer juntos el camino de las parábolas. Acompáñame a descubrir que podemos empezar ya, desde ahora, a vivir en el Cielo, a entender que cada minuto de nuestra vida puede tener ya, desde hoy, el sabor delicioso de los bienes eternos. Cristina González Alba nació en Sevilla y estudió Derecho en esta ciudad. Vive en Argentina, en la isla de Tierra del Fuego. Da clases de Historia, Derecho, Ética y Análisis del Discurso en la Universidad. Colabora habitualmente en los programas de catequesis de su Diócesis.