La aparición de los primeros asentamientos urbanos coincide cronológicamente con lo que podemos denominar Periodo Salvaje, en donde el hombre busca un territorio que le abastezca de alimentos y le defienda de las agresiones externas ocasionadas por ataques de animales salvajes y por las inclemencias meteorológicas. Posteriormente, como consecuencia de este sistema de vida sedentaria, aparece la unidad familiar y el asentamiento en un lugar fijo constituyéndose las primeras aldeas que posteriormente, ya incluidos en el Periodo Histórico, se convertirán en ciudades gracias a la formalización de una estructura física consolidada, además de la aparición de actividades comerciales, organización política y creación de fueros y ordenanzas.