Huidas es un caleidoscopio envolvente. Leer estos relatos de tal o cual modo y desde tales o cuales ángulos no lleva a conocerlos más, ni a desentrañar su última verdad, ya que los límites de la realidad se desdibujan y lo fantástico brota de manera cotidiana, sin necesidad de aullidos siniestros o de postigos batiéndose por el vendaval. Debemos creerles, confiar en ellos porque hacen lo que cualquier mortal haría. Aquí no hay héroes míticos ni salvadores de la humanidad, solo gente que va y desea llegar, o pertenecer a algún lugar (Flavia Radrigán).