Al reflexionar sobre la sociedad desde la Universidad surge la necesidad de un nuevo pacto social para Chile: uno que refleje mejor la época que nos ha tocado vivir y los desafíos que tenemos por delante. Esto tiene seis componentes: la ética, una democracia de calidad, una nueva estructura descentralizada del Estado, el cambio social meritocrático, una nueva visión estratégica para la toma de decisiones y políticas públicas que tengan en cuenta el cambio demográfico que ya se produjo. Estos componentes tienen tres requisitos o denominadores comunes. En primer lugar, algo que no abunda: el cariño o amor por esa construcción común llamada Chile; en segundo término, la necesidad de una educación permanente y de calidad, que también pasa por mejorar radicalmente esa desnaturalización diaria que se hace de este esfuerzo a través de medios de comunicación; y, por último, la lucha por una mayor participación en dignidad y derechos de todos quienes comparten nuestro país, independientemente de su origen social.