¿Existe el llamado «malestar chileno»? ¿Ha habido en Chile, sobre todo a partir de 2011, una confluencia real de hechos que justifique que buena parte de los líderes políticos y de opinión, la sociedad en general y hasta observadores internacionales, sostengan que la gente está pidiendo un cambio radical en la manera de organizar el país? La respuesta a esas preguntas es el centro de este libro. Mientras, por un lado, la población parece satisfecha con los índices de desarrollo alcanzados y optimista sobre el futuro, por otra parte se ha instalado la idea de una «crisis estructural», supuestamente provocada por el agotamiento de dos «modelos»: el económico y el político. Según Oppliger y Guzmán, un pilar clave de ese análisis ha sido la pobre respuesta del mundo político oficialista y opositor (aunque también de otros actores sociales e institucionales) a los desafíos de la actualidad reciente, en especial las protestas de 2011 y comienzos de 2012.