Este libro es una aventura. Un sinuoso recorrido que visita los costados más cercanos de la realidad y, también, aquellos que nada tienen que ver con ella: la posibilidad de tantos mundos como los que permite el lenguaje. Varios personajes se encuentran en diversos espacios con un objetivo que no pasa por el avance de la narración. Se trata, más bien, de extremar las posibilidades del diálogo hacia la constitución misma de las cosas del universo y de los hombres. ¿Filosofía? ¿Historia? ¿Novela de aventuras? ¿Polémica, en un sentido griego? Todo es posible en las estructuras que Elorza construye con un tono particular y, sobre todo, con una apelación al humor que por momentos nos enfrenta con los aspectos más ocultos de nosotros mismos. Si el mundo nos parece absurdo, cambiante y particular, aquí se demuestra que ello es cierto y que quizás se trate de una forma del pensamiento. Porque la hipótesis principal de apunta a las leyes de la física y a la arbitraria configuración de la conciencia: ¿es real el mundo que nos rodea o se trata de una potente invención?