La autora, hoy una trabajadora social con doce años de experiencia, narra el libro en primera persona, sus vivencias personales en el mundo de la drogodependencia y las prisiones, en nombre de aquellos que no pueden, no saben o no están ya para contarlo.
Durante su adolescencia empieza una relación con un preso que rompe los esquemas de todo lo que había conocido hasta entonces; conoce a sus amigos, el mundo de las drogas y de la prisión. Describe una historia personal a lo largo de quince años.
Este libro puede ser un instrumento de reflexión básico, novelado, escrito en un momento en que apenas se habla de la drogodependencia. Porque es necesario volver a escuchar con detenimiento, desde el amor, desde la juventud del que no se resigna