Este fragmento es un pequeño ejemplo de lo que a lo largo de la novela les irá sucediendo, en clave de humor e ironía, a Ernesto y Sophie, sólido matrimonio de clase media alta al más tradicional estilo, él, empresario de reconocido éxito y, ella, licenciada universitaria, en dique seco, y brillante ama de casa, cuando, cansados de escucharse los mutuos reproches sobre la bondad de los recíprocos papeles que les ha tocado interpretar en la sociedad en la que se hayan inmersos, deciden aceptar el reto de cambiarlos.