Los Ancestros llevaron a los enanos a La Gran Muralla donde se rigieron por el honor, el deber y la razón. Durante dos milenios edificaron su raza y establecieron acuerdos comerciales con los elfos dando comienzo a una Edad de Oro. Pero el Eterno Enemigo les mostró que un camino hacia el honor es la venganza. Con ellos nació la Guerra y los enanos, racionalmente perfectos, cayeron.
Los Ancestros despertaron a los orcos de las llanuras, de las montañas, de los bosques. Criaturas laboriosas que conocían el arte de la cosecha y de la industria, emocionalmente equilibrados. El Eterno Enemigo les tentó con los sentimientos extremos, la pasión, la exaltación. Y con ello los orcos aprendieron la ira, la rabia, el terror. Se volvieron indómitos y salvajes y muchas tribus se adentraron en las Tierras Oscuras dejándose esclavizar por el Señor de las Sombras. Los orcos, perfectos en sus emociones, cayeron.
Es la Era de los Hombres. Hace tres mil años, Ylán reunió a los primeros Antiguos, los condujo por el Viejo Continente y fundó Maquom Hadtha. Ahora, el Imperio de los Hombres se está forjando y cuando se haga realidad, la humanidad caerá