A lo largo de 69 breves capítulos un número, por supuesto, no azaroso que pueden leerse de manera independiente, la protagonista ofrece a sus lectores algunas de las «recetas» que han convertido su vida en un continuo disfrute sexual. Mientras celebra el goce femenino y el masculino, no sólo revela confidencias, pensamientos y episodios personales, sino también obsesiones y peculiares prácticas, en un tono unas veces poético, otras veces descarnado y realista.
La pasión por «el otro», por el hombre que suscita el deseo en ella, y por conocer los mecanismos del sexo, se entrevera en esta obra con la rebeldía frente a lo socialmente bien visto, lo políticamente correcto. Esa rebeldía trasciende los episodios que narra para alcanzar al propio lenguaje; la protagonista, que se llama Rosa, llamará «rosa» a la parte de sí misma que más placeres le procura, y empleará un lenguaje que pertenece a su imaginario erótico. Todo ello hace de este libro una verdadera osadía.