Hordas de zombies, y no malones de charrúas, fueron los que se comieron
a Juan Díaz de Solís, el primer navegante español en llegar al Río de la
Plata, apenas desembarcó en 1516. Desde entonces, el pasado argentino
está plagado de zombies. Utilizados como carne de cañón en las luchas
independentistas, cruciales en las gestas patrióticas y protagonistas de
los momentos más sórdidos de la Nación, incluso los próceres han sido
sospechados de ser muertos vivientes. Es tiempo de saldar la deuda con
la verdad y devolver a esas criaturas su lugar en la Historia.
Una lección que la escuela nunca se atrevió a contar.
Ni viruela, ni fiebre amarilla: brotes de virus zombies.
San Martín, Belgrano y Sarmiento# ¿mordidos?
La verdad sobre la Batalla de San Lorenzo.