Brady Stone acababa de enterarse de que la nueva directora de la propiedad que deseaba era una mujer, y muy deseable. Seducir a Samantha Donovan para que le desvelara secretos corporativos sería mucho más dulce sabiendo que era la hija de su enemigo.El magnate de los negocios llevaba mucho tiempo planeando su venganza. Por fin, lo único que se interponía entre Brady y la victoria era un peón bello e inocente. La cabeza le decía que rechazara cualquier posibilidad de un futuro con Samantha. Pero su corazón sabía que al destruir el imperio de los Donovan también perdería la última oportunidad de ser feliz.