Omar Martínez no es Omar Martínez, sino un inmigrante en situación irregular (ninguna persona es ilegal aunque se demuestre lo contrario), procedente de Marruecos, que sólo sueña con volver a su tierra y montar una tienda. Para gastar el dinero vende cedés piratas en el top manta, y para ahorrar, combate con el sobrenombre de un boxeador cubano, en cualquier ocasión que se le ofrece y ante una afición que le azuza para que muerda. Se prepara en un gimnasio del extrarradio de Barcelona. Su amor, una chica de los países del Este que no tiene donde caerse muerta. Su amigo, un chico que huyó de su pasado, perseguido por el código de honor (dejó preñada a una mujer y los hermanos exigen que se case con ella). Sus principios, los mismos que practica en la lona: la lealtad, la fidelidad, la lucha. Una novela que se apea del futuro para ofrecernos el aquí y ahora de unos seres sin capas: marginados, desvanecidos, excluidos, acorralados, pero tremendamente vivos (resueltos) y fuertes (sufridos) y ambiciosos (ingenuos). Un triángulo amoroso sin recelos ni mitos ni codicias, en cuyo centro se oficia la amistad. Lo dijo el sociólogo fabril Terry Eagleton: ?No tener nada que perder es ser formidablemente poderoso?.