Tenía una deuda con él... y ahora tendría que convertirse en su esposa.
Lydie Pearson creía que era ella la que imponía las reglas cuando le pidió a Jonah Marriott que la ayudara a salvar la propiedad de su familia. Al fin y al cabo, el padre de Lydie había ayudado a Jonah a levantar su negocio, ¿acaso no era justo que le devolviera el favor?
Lo que no sabía Lydie era que Jonah ya no tenía ninguna deuda con su familia. Aun así, él la ayudó porque era un tipo honesto... La sorpresa llegó cuando Lydie se enteró de que ahora era ella la que le debía una fortuna a él... Y la única manera en la que quería saldar la deuda era casándose con ella...