Gina Ferraro había crecido en un internado de monjas, pero eso no le había impedido ver Sexo en Nueva York y aprender varias cosas sobre los hombres. De modo que, cuando fue a la Gran Manzana para visitar a su familia, tenía muy claro que necesitaba a un hombre atractivo que la ayudara a profundizar en su educación sexual.
Mike Mason no pensaba que enseñarle la ciudad a la sobrina de su jefe fuera un encargo tan difícil. ¿Qué complicación podría haber en ser su guía durante un mes y llevarla a un par de espectáculos? Poco se imaginaba que su trabajo y su libido iban a pender de un hilo, cuando la supuestamente tímida y recatada sobrina resultó ser una mujer sexy y apasionada, dispuesta a cumplir sus fantasías... con él.