El día empieza de forma irregular. Los regalos siguen bajo el árbol, sin abrir, porque Holly y Eric, los padres, se han quedado dormidos después de una noche de excesos. Cuando Tatiana, quinceañera incomprendida, le echa en cara a su madre la actitud irresponsable, Holly, una poetisa marcada por haber renunciado a la escritura, no pierde la ocasión de señalarle todas las carencias que la convierten en una hija ingrata y egoísta. Y mientras Eric se ausenta para recoger a sus padres en el aeropuerto, el clima de tensión va aumentando por momentos. Así, al caer la noche y bajo un manto de nieve que todo lo cubre, Holly se hace las preguntas inevitables: ¿en qué se ha convertido su adorada Tatty? ¿Dónde ha quedado el brillo de sus hermosos ojos negros? ¿Es tan sólo la adolescencia o se trata de una especie de castigo que ha caído sobre la familia? Por desgracia, su angustia y su desesperación parecen ir en consonancia con la terrible verdad que está a punto de descubrir.