En julio de 1843, Grace Marks, de dieciséis años, es declarada cómplice de participar en los asesinatos de Thomas Kinnear, a cuyo servicio trabajaba como sirvienta, y de Nancy Montgomery, ama de llaves y amante de Kinnear, y condenada finalmente a cadena perpetua. En la conmoción causada por estos hechos terribles, hay división de pareceres: unos consideran a la mujer inocente, mientras que otros sostienen que es una persona malvada o, tal vez, que ha perdido la razón; por su parte, Grace insiste en que no recuerda nada de lo sucedido. Años más tarde, un grupo de reformistas y espiritistas que pretende obtener el indulto de la muchacha contrata al doctor Simon Jordan, una eminencia en el floreciente campo de la psicopatía. A partir de las nuevas técnicas empleadas en Europa, el joven médico entrevista a la reclusa, quien le relata los pormenores de su historia, desde su infancia en Irlanda y sus años de pobreza y marginalidad en el Canadá Occidental, acercándose poco a poco al momento que asegura no recordar. En su empeño para interpretar la confesión de Grace, el doctor Jordan irá desvelando los luctuosos sucesos de aquel día y dictaminará si Grace Marks es en verdad una femme fatale o, simplemente, una víctima de las circunstancias y los prejuicios sociales dominantes.