Cuando un hombre tiene un pasado tan oscuro y doloroso como Daniel Bond queda marcado, y no puede dejarlo atrás aunque haya conocido a la mujer que da sentido a su vida, la única que le enseñó que lo que de verdad necesitaba era lo que más temía: alguien que lo amase.
Ahora que Daniel ha aprendido la lección y ha tenido que sacrificarse tanto para estar con Amelia, no va a dejar que nada ni nadie se la arrebate. Pero las amenazas reaparecen y Daniel sabe que sólo podrá acabar con ellas para siempre alejándose de Amelia durante un tiempo, aunque sea incapaz de sobrevivir sin su amada.
La joven lo nota distante y siente que le está ocultando algo, pero el único momento en que Daniel parece querer escucharla y no seguir con la farsa es cuando le pide que lo ame como él necesita.
La entrega más absoluta, la rendición sin límites y el amor como nunca ha existido sólo podrán tener lugar cuando Daniel y Amelia se pertenezcan un día más, y entonces será para siempre.