Un espléndido baile de máscaras no era lugar para la poco agraciada recepcionista Carys Wells. Acostumbrada a pasar desapercibida entre los famosos, se sentía vulnerable ante la mirada ardiente de un hombre enmascarado. Lo que menos se imaginaba era que era el mismo del que había huido dos años antes y que su magnetismo sexual volvería a causar su perdición. Alessandro Mattani no recordaba a Carys, pero su cuerpo sí lo hacía?íntimamente. Y el italiano estaba resuelto a reclamar todo lo que consideraba suyo.