Argumento de Un Adiós a la Empresa
Que las empresas se orienten a los negocios, que los jóvenes y ejecutivos sueñen con su independencia, que los parados y las amas de casa busquen el autoempleo, que los emigrantes se jueguen la vida, refleja una tendencia mundial inadvertida de nuestro tiempo: un adiós al calor de la nómina y al de otros refugios en donde se pueden congelar. Con su deseo común de arreglárselas por sí mismos, característica esencial de los hombres de negocios, desarrollan el instinto de saber comprar, vender y hacer clientes. Su capacidad de iniciativa y deseos de crecer, hoy más que nunca, es ya el leitmotiv de millones de personas. Un adiós a la empresa anima a arriesgar y nos hace pensar. Sus enseñanzas sirven para dirigir un país, administrar una pequeña red de gasolineras o llevar la zapatería de la esquina. Con su lectura se entiende mejor lo que nos rodea, pero, sobre todo, se pierde el miedo a realizar nuestros deseos.0Buscar la prosperidad: La reinvención del negocio. La desempresalización. Las empresas no crean valor, acumulan inversión. Recoger lo conseguido: Cobrar es un arte. El cliente tiene un precio: la complicidad. ¿Quién es el comprador más ventajoso? Teoría y práctica de la acción: La segunda prioridad mata siempre a la primera salvo que forme parte de ella. Para tratar el riesgo, la aproximación es más útil que la probabilidad. En las decisiones lo importante no es la precisión, sino el acierto. La excepción es la regla de los negocios. La negociación: Escenarios en donde salir adelante. Las herramientas: arte, técnica y madurez. Epílogos: Patología del negocio familiar. La volatilidad de la empresa (pequeña teoría del adiós).