Apenas comienza el prólogo, el lector se da cuenta de que ya ha comenzado la novela. Su escritor, un hombre hecho y derecho cuando sucedió el Armagedón, cuenta ahora, cuando ya han pasado más de doscientos años, cómo era la vida antes de este esperado suceso, porque se da cuenta que se necesitan novelas para ayudar a los que van resucitando , que son muchos más que los que han pasado con vida el Armagedón. Y se necesitan sobre todo porque los ?fundadores del nuevo mundo? que son los sobrevivientes del Armagedón, no dan abasto a enseñar la biblia a los que van resucitando. Lo que tiene de particular entre otras cosas, es que la novela ya ha empezado en la misma dedicatoria, que dice:?? A mi novio imaginario, con todo el cariño que sólo se tiene a los novios imaginarios.?? La cuestión es que cuela, y el lector, en el segundo capítulo, cree a pie firme, que Lara, la protagonista de la novela, es la mismísima autora (Lo cree hasta la madre de la autora) y que todo lo que ahí pone es de verdad. Todo el que la lee, mira a la autora con cara de sé lo que hiciste, y le pregunta con rentintín: ¿Quién es Lara. . .?