La doctrina de Lao-tzu , volcada en el Tao Tê Ching en el siglo VI A.C., poco tiene que ver con el sistema mágico y supersticioso del taoísmo actual, cuyos practicantes creeen poder llegar a la inmortalidad a través de la magia.
El taoísmo es una de las tres religiones oficiales de China, que adora en el Tao al supremo creador. El taoísmo nació como resultado de la corrupción de costumbres a que había llegado China, contra cuyo estado de cosas se levantó Lao-tzu, predicando el amor a la virtud y la renucia a todo lo que halaga a los sentidos. Predicó igualmente la inacción y proscribió la ilustración, únicos medios para alcanzar la virtud, ya que el deseo y el mal son consecuencias inevitables del saber.