Después de que Max Horkheimer formulara el programa filosófico y sociológico del Instituto de Investigación Social como «Teoría Crítica», Axel Honneth con no menos obstinación que su maestro Jürgen Habermas o que Theodor W. Adorno continúa trenzando y destrenzando los hilos que penden de aquella consigna tal vez paradójica, cabos que se anudan con las prácticas sociales y que transcurren por no pocos ámbitos del saber. Se trata del esfuerzo urgente de quienes, en la sociedad del desprecio, advierten la emergencia de la barbarie que ya ha acaecido y solo se permiten el ejercicio de la razón para escapar de la caverna platónica.