¿Es Dios sobornable? ¿Se «le» puede inducir a la acción con ofrendas y servicios? ¿Es la práctica arcaica del sacrificio una actividad para relacionarse con Dios según el principio del do ut des (te doy para que tú me des)? El artículo muestra, mediante textos bíblicos que concuerdan entre ellos, que Israel desarrolla su teología del sacrificio precisamente en contraposición a estas ideas, y, por consiguiente, ya muy pronto rompe con la lógica del intercambio. En la tradición cristiana arraigaron mucho menos estas ideas, pero fueron trascendentes para una espiritualidad más consciente de sí misma y más libre.