Cuando todavía no había terminado su formación como policía, Ashley Montague presenció un terrible accidente cuyas horribles imágenes no podía quitarse de la cabeza, así que decidió investigar el caso por su cuenta. No tardó en descubrir que había sido un intento de asesinato. En otro lugar, el detective Jack Dilessio era el encargado de investigar otro asesinato que resultó estar relacionado con el de Ashley. Por eso la joven agente decidió pedirle ayuda al veterano detective.
Juntos se vieron arrastrados hacia el peligroso mundo del tráfico de drogas y los extraños cultos religiosos.