¿Sabía que en los primeros instantes de un encuentro nuestro rostro reproduce inconscientemente la expresión del rostro de nuestro interlocutor, para captar mejor sus emociones? ¿y que los seres que nos aman miran antes la parte izquierda de nuestra cara que la derecha? El poder de seducción no radica en la belleza física, sino en la capacidad de generar en el otro un interés y un deseo de abrirse; se trata de dominar los múltiples signos corporales que activan inconscientemente ese deseo de apertura. ¡ Y cualquier persona puede lograr ese control! Maestro de reconocido prestigio en comunicación no verbal, Philippe Turchet, pone a nuestro alcance en este libro una descripción clara y metódica de todos los signos corporales de la seducción.