Es este, obviamente, un libro elegíaco. Sobre el tiempo, su tránsito y sus bellezas. Y como toda elegía también con la equivalente arqueológica es asimismo un libro de enorme vitalismo y sensualidad, porque la fugacidad enaltece el placer. ¿Referencias culturales? Me han parecido siempre parte integrante y cimera de la vida: la encumbran, la subrayan, la multiplican.
La villa romana que descubre sus esplendores ocultos es siempre nuestra propia vida. Todas las vidas. El simún siempre sopló en ellas. Elegía y sensualidad: la vida, el tiempo.
L. A. DE V.