Las experiencias y sensaciones que posibilita la práctica de la orientación, al tener la persona que desenvolverse en un medio desconocido, y al mismo tiempo encontrar la respuesta para avanzar por él de manera eficaz, suponen un aprendizaje experiencial, cuya riqueza no se encuentra precisamente en la mera actividad, sino más bien en la implicación y desarrollo de las habilidades cognitivas del sujeto. Los docentes se encuentran con un medio idóneo para conseguir, de un lado, una participación activa del alumnado en el aprendizaje, al permitir conectar las acciones realizadas con las consecuencias de sus resultados, de otro, una promoción en las líneas de interdisciplinariedad y trabajo en grupo.
El contenido del presente libro representa una justificación razonada para la selección de la orientación como un contenido más, al mismo tiempo que detalla de forma profunda, rigurosa y sencilla, mediante sus dos unidades didácticas, una propuesta flexible y abierta de poner en práctica la enseñanza de la orientación en el nivel de la educación secundaria.