Un libro excepcional, fruto de una profunda reflexión antropológica que no elude la pregunta fundamental que nuestra conciencia de finitud hace surgir temblorosamente de nuestros labios: ¿Quién es el hombre? La respuesta, según Grygiel, surge de la experiencia existencial y poética de la comunión entre las personas, del asombro de la contemplación mutua del hombre y la mujer, donde lo humano se supera a sí mismo para mostrar la misma imagen divina.