Antonio Martínez Ballesteros tiene tras de sí una dilatada y valiosa trayectoria. Su labor dramatúrgica le ubica al lado de los incuestionables ?clásicos vivos?. Más de cien piezas, entre extensas y breves, lo avalan. Las siete flaquezas de un varón ibérico consisten en la consumación ?en un registro humorístico? de todos y cada uno de los pecados capitales considerados por la Iglesia. Esta actualización de avaricia, lujuria, pereza, gula, soberbia, envidia e ira la protagoniza un ?varón ibérico?, esto es, un hombre integrado en nuestra sociedad? De suerte que esta sociedad es incapaz de generar una propuesta coherente y sensata, asumible y compartida por la mayoría de sus miembros? Un incidente sin importancia comporta, con otras obras de su autor, su aspecto temático esencial: la sustitución de la verdad (ética, social, sentimental) por un mundo de apariencias? El mantenimiento de esta situación falsa, artificial, de este status de privilegio creado debe imponerse a cualquier precio? Así los personajes no viven sino hacia el exterior? Un drama políticamente incorrecto sobre todo para quienes detectan o defienden ciertas ideologías? En Vacío de identidad ?desarrollada en nuestra transición política?, la ausencia de autenticidad caracteriza a la pareja protagonista? Ambos mantienen relaciones con amantes y, tanto él como ella, dirigen su mirada en otra dirección, fingen ignorar su conocimiento y consienten el adulterio recíproco? En síntesis, nos hallamos ante tres propuestas teatrales diferentes, con diferentes tratamientos, si bien las tres debidas a la pluma del mismo autor: Martínez Ballesteros.